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lunes, 26 de enero de 2015

Expedición mexicana en Luxor revela misterio egipcio


La historia faraónica es una sucesión de lealtades y traiciones. La misión mexicana de especialistas que trabaja en la exploración y restauración de la tumba tebana 39 (TT39), en la ciudad de Luxor, Egipto, ha descubierto una serie de mensajes ocultos en las paredes del sepulcro, que narran una antigua historia de lealtad a dos reyes.
La lectura de los pictogramas ha permitido aventurar una teoría: al mismo tiempo que Pui-Em-Ra -segundo sacerdote del dios Amón y a quien pertenece el sepulcro- era leal a Tutmés III, también lo era a la antecesora Hatshepsut, gobernante sobre la que “hay muchos misterios de cómo desapareció, si la mataron, se retiró o qué paso”, dice Gabriela Arrache, directora de la Sociedad Mexicana de Egiptología (SME), quien encabeza el grupo mexicano que trabaja en el país africano.
El trabajo de los mexicanos “ha permitido hacer ciertas aportaciones a la historia del antiguo Egipto”. Al final de su carrera, dice la especialista, Pui-Em-Ra servía a Tutmés III, “pero él amaba a la reina y deja escondida su lealtad en los muros, lo hemos descubierto a la hora de analizar la epigrafía”.
La descripción de la construcción de capillas en su honor o símbolos como el de la cobra, que era protectora de Hatshepsut, forman parte de las evidencias de la teoría que Arrache dará a conocer en el Congreso Mundial de Egiptología, a realizarse en Florencia, Italia, en agosto próximo.
Las muestras de lealtad a la anterior reina, “la única mujer que gobernó en época de paz”, debieron ser escondidas por Pui-Em-Ra. Arrache explica que “si quedaba mal con el rey le podían quitar el puesto, tenía que ser leal al rey y lo era, nada más que tenía el recuerdo de la reina y en su tumba quiso dejarlo. Seguramente Tutmés III no fue a revisar la tumba y fue un escriba normal que no supo lo que estaba viendo”, señala.
La misión mexicana en Egipto, compuesta por expertos de la SME, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad del Valle de México (UVM), recibió la concesión para trabajar en la TT39 en 2003; desde 2005, un grupo de expertos ha viajado a la ciudad de Luxor para restaurar el antiguo edificio. La última temporada de trabajo, que hoy será relatada en una conferencia de prensa, inició el 25 de octubre de 2014 y terminó el 10 de diciembre pasado.
La labor, realizada por 14 especialistas, incluyó fundamentalmente trabajos de arquitectura, restauración y epigrafía. Esta última tarea ha comenzado a dejar limpios los muros y a revelar las historias que hay bajo ellos, “el salvamento epigráfico no se puede hacer hasta tener limpias las paredes, es un cambio violentísimo de una pared que se ve absolutamente negra y se empieza a trabajar y aparecen los colores”, señala Arrache.
Los mensajes ocultos, afirma, se encuentran en el pasillo de la tumba de 17 metros de frente por casi 30 metros de profundidad. En un costado, está descrita la historia del noble a quien pertenece la tumba, en este caso Pui-Em-Ra; de frente, los hechos que describen los servicios que realizó para sus amos.
A diferencia de los sepulcros construidos para los gobernantes, en los que todo lo que se describe está ligado a la religión, en las de los nobles “hay historia, ellos contaban con qué rey estaban, contra quién pelearon, podían exagerar pero no mentir, porque esas inscripciones eran para los dioses”, dice.

Abrir en cuatro años

Durante la temporada de trabajo en 2014, dice Gabriela Arrache, los trabajos de consolidación de muros no pudieron concluirse debido a que la cantera de la ciudad de Luxor se mantiene cerrada tras los conflictos que vivió Egipto, “había que traer la piedra de otro lado y no llegó a tiempo”. A pesar de ello, la egiptóloga estima que la temporada del año que terminó fue muy alentadora y exitosa.
La parte medular fue el trabajo arquitectónico, “había paredes que había que consolidar que estaban con problemas de caerse”.
En la cámara norte, donde la creencia egipcia establecía que las almas de los nobles salían para recibir el culto, hubo una puerta falsa que fue retirada en 1897 y que hoy es una de las joyas del Museo de El Cairo. “Cuando fue retirada, al desprenderla tiró la pared que era de sillares, a la hora de la excavación encontramos muchísimas piezas que pertenecen a esa pared, pero había que reconstruirla”.
Los especialistas obtuvieron permiso para realizar una réplica de la puerta falsa, que se fabrica en México y que se espera sea colocada este año; la instación requería además la reposición del muro que fue destruido.
“Había que armar el muro con los sillares que teníamos y con sillares modernos, dejando muy claro cuál es original y cual es moderno; cuatro arquitectos de la UVM hicieron los planos y lograron establecer en dónde iba cada uno, ya quedó listo todo para que la temporada que entra se arme”, apunta. 
Además, las puertas de las cámaras, “son muy especiales, son una copia de las puertas de los palacios pero, debido a los pozos de saqueo, las tenemos en pedazos y hubo que planear cómo vamos a armar todo ese rompecabezas; ya quedó listo”.
También “en el santuario, en la parte central, había todo un material de adobe en muy mal estado; viendo cómo estaba eso se descubrió que atrás había una galería. Para la próxima temporada vamos a tener que quitar esa pared y ver cómo está”. Para concluir esos trabajos regresarán a Luxor unos 15 especialistas, en octubre de 2015.
Arrache dice que la TT39, construida hace 3 mil 500 años, “se tiene que abrir al público, oialá y en cuatro años podamos abrirla y será la primera vez que se abra algo en Egipto hecho al cien por ciento por mexicanos”, señaló satisfecha.
Dos momias falsas
Los Museos Vaticanos albergaban entre su vasto patrimonio cultural dos momias que, pese a parecer de la época faraónica, fueron fabricadas en algún momento del siglo XIX, cuando el Antiguo Egipto suscitaba un enorme interés.
Estas dos momias miden aproximadamente 60 centímetros de longitud, han sido investigadas durante el último año y una de ellas ya ha sido restaurada, publicó ayer el diario Il Corriere della Sera.
“Los resultados de los análisis han revelado que están fabricadas con el mismo método y que presentan las mismas particularidades”, comenta Alessia Amenta, directora de la sección Antiguo Egipto y Oriente Próximo del museo.
Ella ha sido la encargada de dirigir las investigaciones y ha contado con la ayuda del profesor Ulderico Santamaria y su asistente Fabio Morresi.
El único elemento de época faraónica hallado en las momias son las propias vendas, que datan del año 2000 a.C y que, sin embargo, están recubiertas por una resina que sólo se encuentra en Europa.
“Las vendas son de la época faraónica, pero cubiertas por una resina que no se encuentra en Egipto”, explicó Amenta.
Asimismo, dijo que el rostro infantil representado sobre las vendas fue dibujado en una lámina de estaño y cubierto por una resina para dotarle de un aspecto de dorado antiguo, “una técnica típica del siglo XIX inglés”.
En relación con su contenido, una tomografía (Tac) realizada en el Hospital G.Martino de Messina (sur de Italia) sobre una de las momias ha revelado que en su interior sólo hay “una tibia humana, pero de un adulto de la época medieval”.
“Un montaje estudiado para engañar a los coleccionistas más incautos”, señaló la profesora.
El periódico informa que Amenta ha localizado otras 40 momias falsas esparcidas por los museos de toda Europa.
Aún se desconoce la procedencia de las del Vaticano, pero los organizadores del museo ya están preparando una instalación para darlas a conocer al público.

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