Todo el mundo es consciente de los efectos de la crisis,
pero uno de ellos nos puede estar pasando desapercibido: estamos
volviendo la vista atrás, a las antiguas civilizaciones, al Egipto de
los faraones o la Grecia de Hipócrates a través de los perfumes y la
cosmética natural.
Anabel Díaz Abad ha puesto en
marcha en Toledo la empresa "Aula verde", de cosmética natural y
talleres sobre la materia y, en una entrevista con la Agencia Efe,
explica que la crisis económica nos está haciendo "parar un poco y que
abramos los ojos, un poco forzadamente", a la cosmética natural.
La
gente está cada día más concienciada en la necesidad de utilizar
productos naturales, cuenta Anabel Díaz, maestra y educadora en paro,
ahora al frente de Aula Verde, y que comenta que ha llegado al campo de
la cosmética de manera casual.
Quería hacer un curso
de elaboración de quesos y siempre se agotaban las plazas, por lo que
le ofrecieron uno de cosmética natural y le "encantó", tanto, que lo que
empezó siendo una afición elaborando jabones y cremas en casa para las
amigas ha terminado en un proyecto empresarial que funciona.
Y
ahora, entre otros cosméticos, elabora perfumes que podrían ser
perfectamente los que estuvieran de moda en el Antiguo Egipto, donde
también, hace más de 4.000 años, tenían clasificadas las plantas según
sus virtudes.
Los egipcios elaboraban las esencias
de forma totalmente artesanal y ahora se pueden adquirir ya elaboradas,
pero las mezclas y olores podrían ser los mismos, coincidir hoy con el
que Tutankamón se llevó a su tumba.
Perfume deriva
de per fumum en latín, a través del fuego, y ya los antiguos pobladores
quemaban plantas olorosas sobre todo en los ritos religiosos, pero
fueron los egipcios los que elaboraron los primeros perfumes, que más
tarde utilizó Hipócrates asociados a usos medicinales, que Roma amplió
por todos los territorios de su imperio y que el árabe Avicena
perfeccionó usando alcohol y el alambique.
Y así se
fue avanzando hasta la época de Napoleón, los inicios de la industria
perfumista parisina, hasta Coco Chanel y su célebre número 5.
Pero
las plantas, además de olor, tienen propiedades curativas y sus
esencias se pueden utilizar también en sales de baño, cremas y jabones,
además de en infusión.
En ese sentido, Anabel
explica que en general "estamos mal educados", y a la gente le cuesta
que un jabón no tenga color o que un champú no haga espuma o no huela
mucho, o que la crema tarde un tiempo en ser absorbida.
Ella,
en sus cosméticos, usa solo productos naturales, que tienen "todos los
beneficios del mundo", no contaminan y son fundamentales para el
organismo porque son nutrientes naturales que la piel absorbe y resultan
beneficiosos para el organismo.
Recomienda:
"cambiar el chip, no dejarnos llevar tanto por la vista y pararnos a
pensar antes de comprar determinadas cosas y mirar las composiciones".
Detrás
de las cremas caras, dice, hay magníficos profesionales, pero a veces
los buenos ingredientes que utilizan quedan difuminados en parafinas y
sustancias que la piel no absorbe, con lo cual el organismo no se
beneficia de sus efectos.
Y los efectos de la
cosmética natural abarcan todos los espectros, puedes hacer una loción
antimosquitos con una base de lavanda, tomillo y eucalipto; o unas sales
de baño relajantes o energéticas o afrodisíacas.
Teniendo
en cuenta, además, que la sal es imprescindible para la vida, y también
puede ser mortal (en China era usada como método de suicidio), y que un
baño en casa con sales aromatizadas tiene los mismos efectos que pudo
tener en el imperio romano una visita a las termas.
Los
aromas (se pueden percibir más de 10.000, pero para ello habría que ser
una gran "nariz"), además, forman parte de nuestra memoria, por lo que
están muy relacionados con los sentimientos.
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