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martes, 21 de mayo de 2013

Egipto y la cosmética natural

Todo el mundo es consciente de los efectos de la crisis, pero uno de ellos nos puede estar pasando desapercibido: estamos volviendo la vista atrás, a las antiguas civilizaciones, al Egipto de los faraones o la Grecia de Hipócrates a través de los perfumes y la cosmética natural.
Anabel Díaz Abad ha puesto en marcha en Toledo la empresa "Aula verde", de cosmética natural y talleres sobre la materia y, en una entrevista con la Agencia Efe, explica que la crisis económica nos está haciendo "parar un poco y que abramos los ojos, un poco forzadamente", a la cosmética natural.
La gente está cada día más concienciada en la necesidad de utilizar productos naturales, cuenta Anabel Díaz, maestra y educadora en paro, ahora al frente de Aula Verde, y que comenta que ha llegado al campo de la cosmética de manera casual.
Quería hacer un curso de elaboración de quesos y siempre se agotaban las plazas, por lo que le ofrecieron uno de cosmética natural y le "encantó", tanto, que lo que empezó siendo una afición elaborando jabones y cremas en casa para las amigas ha terminado en un proyecto empresarial que funciona.
Y ahora, entre otros cosméticos, elabora perfumes que podrían ser perfectamente los que estuvieran de moda en el Antiguo Egipto, donde también, hace más de 4.000 años, tenían clasificadas las plantas según sus virtudes.
Los egipcios elaboraban las esencias de forma totalmente artesanal y ahora se pueden adquirir ya elaboradas, pero las mezclas y olores podrían ser los mismos, coincidir hoy con el que Tutankamón se llevó a su tumba.
Perfume deriva de per fumum en latín, a través del fuego, y ya los antiguos pobladores quemaban plantas olorosas sobre todo en los ritos religiosos, pero fueron los egipcios los que elaboraron los primeros perfumes, que más tarde utilizó Hipócrates asociados a usos medicinales, que Roma amplió por todos los territorios de su imperio y que el árabe Avicena perfeccionó usando alcohol y el alambique.
Y así se fue avanzando hasta la época de Napoleón, los inicios de la industria perfumista parisina, hasta Coco Chanel y su célebre número 5.
Pero las plantas, además de olor, tienen propiedades curativas y sus esencias se pueden utilizar también en sales de baño, cremas y jabones, además de en infusión.
En ese sentido, Anabel explica que en general "estamos mal educados", y a la gente le cuesta que un jabón no tenga color o que un champú no haga espuma o no huela mucho, o que la crema tarde un tiempo en ser absorbida.
Ella, en sus cosméticos, usa solo productos naturales, que tienen "todos los beneficios del mundo", no contaminan y son fundamentales para el organismo porque son nutrientes naturales que la piel absorbe y resultan beneficiosos para el organismo.
Recomienda: "cambiar el chip, no dejarnos llevar tanto por la vista y pararnos a pensar antes de comprar determinadas cosas y mirar las composiciones".
Detrás de las cremas caras, dice, hay magníficos profesionales, pero a veces los buenos ingredientes que utilizan quedan difuminados en parafinas y sustancias que la piel no absorbe, con lo cual el organismo no se beneficia de sus efectos.
Y los efectos de la cosmética natural abarcan todos los espectros, puedes hacer una loción antimosquitos con una base de lavanda, tomillo y eucalipto; o unas sales de baño relajantes o energéticas o afrodisíacas.
Teniendo en cuenta, además, que la sal es imprescindible para la vida, y también puede ser mortal (en China era usada como método de suicidio), y que un baño en casa con sales aromatizadas tiene los mismos efectos que pudo tener en el imperio romano una visita a las termas.
Los aromas (se pueden percibir más de 10.000, pero para ello habría que ser una gran "nariz"), además, forman parte de nuestra memoria, por lo que están muy relacionados con los sentimientos.
 

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