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martes, 15 de abril de 2014

Un ataúd de la era faraónica hallado al norte de Israel


Bíblica coincidencia. A pocos días del inicio de la festividad judía de Pesaj (que recuerda la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto), la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) ha anunciado el hallazgo de una majestuosa tumba egipcia del siglo XIII (A.C) en el norte del país.

Uno de los objetos más extraordinarios hallados cerca del Kibutz Sarid (Valle de Jezreel) es un sello de oro con la emblemática cobra alada que lleva el nombre del Faraón Seti I. Tras gobernar durante al menos quince años, su hijo Ramsés II está considerado por algunos investigadores como "el Faraón" del fin de la esclavitud y éxodo del pueblo hebreo de Egipto según el relato bíblico.

El tesoro arqueológico-histórico salió a la luz durante la construcción de un gasoducto en la Galilea. "El ataúd se remonta a la Edad del Bronce y contenía las pertenencias personales de un cananeo rico o de un oficial del Ejército egipcio", afirman los responsables de una excavación realizada por cerca de 50 personas.

Los trabajos-iniciadas el pasado mes de diciembre y finalizados hace escasas semanas- han sido dirigidos por los israelíes Dan Kirzner y Dr. Ron Beeri y el holandés Dr. Edwin van den Brink. Éste último revela a ELMUNDO: "Durante la excavación hallamos una cerámica cilíndrica con una tapa diseñada con la imagen de una persona. A su alrededor una variedad de instrumentos de cerámica como por ejemplo recipientes donde se almacenaban alimentos, instrumentos de culto, una daga de bronce o huesos de animales".

"Estos utensilios enterrados junto al hombre fueron usados, de acuerdo a las costumbres, como ofrenda a los dioses. Y también en su creencia que podrían proporcionar alimentos a los muertos después de la muerte", añade. A sólo dos metros, encontraron las tumbas de dos hombres y dos mujeres que podrían ser miembros de su familia.

¿Quién era? Según los expertos, no es el esqueleto de un cualquiera. Podría haber sido un funcionario cananeo que trabajó para el régimen egipcio o un local rico. En ningún caso egipcio, ya que los objetos hallados son de origen cananeo. La confirmación definitiva debe llegar de una prueba de ADN.

"Es evidente que no cualquier persona podía permitirse este tipo de ataúd. Por eso, creemos que quizá era un miembro de la élite autóctona", explica el Dr. van den Brink.

Bajo el reinado de los faraones, hay consenso en apuntar la enorme influencia que la cultura egipcia ejerció en la élite cananea. La tumba hallada ahora por casualidad- o por necesidad imperiosa de la compañía de gas- es una muestra más.

El Dr. Beeri añade que "aunque la tumba tenia características de Egipto, en nuestra opinión el enterrado era cananeo. Relativamente, se puede considera un hallazgo muy especial y sobre todo un testimonio importante de la presencia egipcia en el Valle de Jezreel en el siglo XIII".

"Fue muy emocionante encontrarnos con semejantes piezas. Entre otros motivos, porque tumbas de esa época sólo se han hallado en esta zona en dos ocasiones. La última, hace 50 años en Dir El Balah, al sur de la ciudad de Gaza. Antes se encontró en el valle de Beit Shean, al norte de Israel", nos cuenta el Dr. van den Brink. De la zona de Beit Shean emergió una rebelión contra el Faraón Seti I. Éste la aplastó tomando el control del valle y, más importante, consolidando su poder en Canaán.

En la noche de Pesaj el próximo lunes, los judíos de Israel y la diáspora leerán y cantarán en el Séder las vicisitudes de sus antepasados bajo el yugo faraónico. Más de tres mil años después, los arqueólogos observan con emoción el hallazgo en la Galilea. Como dice uno de ellos, "los faraones fueron muy hostiles hacia los judíos pero se debe reconocer que sabían crear obras de arte".

Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/04/10/53465b1622601dd1728b456d.html

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